Conectados pero solos: redes sociales y salud mental adolescente
La doble cara de las redes
Ejemplo: Un adolescente puede pasar horas editando una foto para subirla a Instagram. Si no obtiene la cantidad de reacciones esperadas, su autoestima puede verse afectada.
😓 Consecuencias silenciosas
Los efectos negativos no siempre se notan de inmediato. La ansiedad, el insomnio o la depresión pueden aparecer gradualmente. Muchos jóvenes también sienten miedo de quedarse fuera de conversaciones o eventos si no están conectados todo el tiempo, lo que se conoce como FOMO (Fear of Missing Out).
Ejemplo: Maria, de 16 años, dejó de dormir bien por revisar TikTok hasta las 3 a.m. Su rendimiento escolar bajó y comenzó a sentirse irritable sin saber por qué.
El primer paso es hablar del tema sin juzgar. Las familias, los colegios y los propios adolescentes deben aprender a establecer límites saludables. También es importante promover el uso consciente y positivo de las redes: seguir cuentas que inspiren, hablar con personas reales y desconectarse para reconectarse consigo mismos.
Finalmente para cerrar queda decir que las redes sociales no son buenas ni malas por sí solas: todo depende del uso que les demos. La clave está en equilibrar el mundo digital con la vida real. Como sociedad, tenemos la responsabilidad de crear espacios más humanos, dentro y fuera de la pantalla.
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