18 de junio de 2025

El miedo al fracaso: ¿por qué nos aterra tanto no ser perfectos?

Desde pequeños, aprendemos que fallar es sinónimo de perder. Las calificaciones, los comentarios, las comparaciones todo parece empujarnos hacia un ideal de perfección que, en realidad, no existe.

¿Por qué tanto miedo? Porque creemos que fallar nos hace vulnerables. Nos han enseñado que el error es una mancha, no una etapa del aprendizaje. Tememos decepcionar a quienes nos rodean y, muchas veces, a nosotros mismos. Pero lo cierto es que nadie llega lejos sin tropezar primero.

Aprender a fracasar
Fracasar no es el fin, es parte del proceso. Cada caída es una oportunidad de crecer, de ajustar el camino y de descubrir fortalezas que no conocíamos. Aceptar la imperfección no es rendirse, es liberarse. 

El miedo al fracaso no se elimina de un día para otro, pero se puede cambiar. Reconocer que podemos equivocarnos, es el primer paso para vivir con más paz, autenticidad y coraje. Porque fracasar no es lo opuesto al éxito. Es parte de él.

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